Los pacientes acuden a una consulta básicamente por tres cosas:la primera porque esta enfermo y no lo sabe,afortunadamente son los menos casos y la pericia del osteopata,como profesional de primera intención, será necesaria para realizar un buen diagnóstico de exclusión y derivar al paciente al profesional adecuado.
La segunda,es porque el paciente se ha lesionado,es decir,se provoca un daño en una estructura determinada, la mayoría de veces por un hecho traumático,o bien,por traumatismos repetidos…lo normal es que el paciente sepa exactamente como se ha producido,conlleva dolor,inflamación,a veces incapacidad funcional…Lo que si es seguro es que se va a positivar el dolor mediante una serie de
y si no somos capaces de reproducir las características singulares de esa dolencia no podremos poner nombre a lo que le ocurre al paciente.
La tercera y mas importante, en cuanto a su prevalencia,consiste en un paciente que no esta ni enfermo ni lesionado…eso supone el 80 por ciento de la consulta de un osteopata:pacientes con dolores de instauración lenta y progresiva,sin motivo aparente,de larga duración,con pruebas radiológicas sin hallazgos significativos y que no suelen responder al tratamiento farmacológico habitual hasta que su dolencia se convierte en crónica.
La medicina convencional trata enfermedades y lesiones,por eso muchas veces no es capaz de ayudar a este tipo de pacientes,es lo que denominamos en osteopatía disfuncion y consiste en una pérdida de movilidad de ciertas estructuras que van generando en el paciente una pérdida de función y disminuyendo su capacidad de adaptación derivando en un problema que por lo general se acompaña de dolor.Para el osteòpata,el dolor,es el final de algo…pero el dolor es solo un síntoma,sino vamos tirando del hilo hasta encontrar el origen del problema no podremos ayudar a estos pacientes.